¡No ha venido ni el Tato!
Seguro que has oído o pronunciado
más de una vez aquello de no ha venido ni el Tato, una expresión muy usada en
el lenguaje popular español, cuyo origen pocos conocen.
¿Cuál es el origen de la
expresión "no ha venido ni el Tato"?
La frase hace referencia a un
torero sevillano que nació en el siglo XIX que tenía fama de no faltar, jamás,
a ningún festejo. De ahí el origen de esta expresión. Su nombre de pila era
Antonio Sánchez y nació en Sevilla en febrero de 1831, concretamente en el
barrio de San Bernardo.
Se apuntaba a todo los eventos
sociales que se le presentaban.
“El Tato era el apodo de un hombre
llamado Antonio Sánchez. Era sevillano, se dedicó toda su vida al mundo del
toreo y vivió entre los años 1831 y 1895. El Tato, como le llamaban sus
allegados, era conocido por aprovechar todas las oportunidades y acudir a
absolutamente todos los eventos que se le presentaban. Las corridas de toros y
los eventos sociales eran sus preferidos, por lo que no dejaba escapar ni uno.
Era conocido en la ciudad por ser
uno de los toreros más valientes de la época hasta que en junio de 1869, cuando
"el Tato" tenía 38 años, un toro apodado "Peregrino" le dio
una cornada que cambiaría su vida.
En una tarde en la que Antonio
Sánchez compartía cartel con Lagartijo y García Villaverde, el cuarto toro de
la corrida cogió al torero haciéndole una herida en la pierna de cuatro
centímetros de profundidad, con tan mala suerte que ésta quedó infectada,
posiblemente porque el toro tenía sangre en sus astas de un caballo enfermo.
La determinación de los médicos
sería, siete días más tarde, la de amputar la pierna. Aquella temporada fue
sustituido en los carteles por Cayetano Sanz, Lagartijo y Frascuelo. Sin
embargo, dos años más tarde, en 1871 el Tato volvería a torear con una prótesis
en su pierna derecha. Fue tal su hazaña que el rey Amadeo de Saboya, tal y como
recoge el historiador Bartolomé Cossío, usó la expresión "esto no lo hace
ni el Tato".
Otra versión sostendría que ni
siquiera cuando perdió su pierna el torero dejó de aparecer en eventos sociales
y de ahí vendría la expresión "no ha venido ni el Tato" cuando a
alguna fiesta no acudía nadie.
Fuentes


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