Cambiar de chaqueta
Locución
1.
Cambiar
interesadamente de partido o de ideología.
Ej. ese político ha cambiado de chaqueta tres veces en tres
años.
«Cambiar de chaqueta» se refiere a un cambio brusco en las
preferencias de alguien y suele tener un sentido despectivo.
Significado:
Hoy en día decimos que alguien es un «chaquetero» o un
«cambia chaquetas» para indicar que dicha persona defiende ahora una postura
distinta a la que anteriormente defendía. Suele ser habitual para referirse a
políticos que cambian de partido de militancia o votan lo contrario en función
de su conveniencia personal o algún interés oculto; también es común referirse
a ellos con el término «tránsfuga» y no precisamente en sentido elogioso sino
todo lo contrario.
Origen:
Algunos adjudican el origen de este curioso dicho al duque de
Saboya, Carlos Manuel I, quien solía alternar sus simpatías por Francia y por
España usando un jubón (prenda antigua ajustada que cubría desde los hombros
hasta la cintura) de color rojo de un lado y blanco del otro. Pero lo cierto es
que, con motivo de las guerras de religión promovidas por la Reforma Luterana,
se hizo usual que los adversarios de cada bando (papistas y luteranos), para
distinguirse de sus oponentes, vistiesen casaca y jubón de aspectos bien
diferenciados. Debido a que, por lo general, el forro de estas prendas era de
color distinto al de la tela, en determinadas circunstancias los parciales de
una y otra facción, ya sea para desorientar al adversario o para hacerse pasar
por uno de ellos, daban vuelta la casaca. Esta treta hizo acuñar, con el
tiempo, la expresión cambiar la chaqueta que con el transcurso de los años
comenzó a ser usada -con sentido análogo- para criticar a quien de acuerdo con
las circunstancias cambia repentinamente de opinión o actitud política, en
otras palabras, se convierte en un "tránsfuga" (verdadero significado
de esta palabra).
Otra expresión popular con relación a la vestimenta es decir que alguien va «de tiros largos», o con sus mejores galas, para señalar que va muy elegante con ocasión de asistir a algún acto o evento importante. Este dicho tiene también origen castrense pues antiguamente se denominaban «tiros» a los tirantes, cinturones o correas que sujetaban el sable o espada a la cintura. Y así, cuando se quería hacer ostentación se dejaban los tiros sueltos o «largos», de manera que el sable se balanceaba, de ahí viene la frase...
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