“Esto parece la casa de Tócame Roque” es una de las
expresiones muy conocida que tiene una historia detrás de lo más peculiar.
Según el Diccionario, se dice La casa de Tócame Roque a "aquella en la que reina la confusión y hay con frecuencia alborotos y riñas".
Calle de Barquillo con calle de Belén, Madrid. En este lugar
se ubicaba la casa de Tócame Roque.
Madrid | Imagen de Tamorlan en Wikipedia, licencia: CC BY-SA
3.0
Significado.
La expresión indica la idea o existencia de caos, confusión, jolgorio o
riñas en un espacio cerrado en el que la jarana( bullicio, alboroto, tumulto)
complica la tranquilidad y el sosiego.
Origen.
La existencia de la casa o vivienda (o conjunto de ellas) es totalmente real y de raíces castizas. La
casa de Tócame Roque fue una legendaria vivienda madrileña, populosa,
destartalada y jaranera, situada al final de la calle de Barquillo, en el cruce
de las conocidas calle Barquillo y calle Belén, en el barrio de Justicia. Llegó a hacerse tan
popular en el siglo XIX, que inspiró varias piezas del teatro musical más
castizo y quedó inmortalizada en la literatura, la pintura y el refranero.
Museo del Prado.
La casa de
Tócame-Roque
Autor: GARCÍA
"HISPALETO", MANUEL
Sevilla, 1836 -
Madrid, 1898
Hacia 1886. Óleo sobre
lienzo, 89 x 105 cm. No expuesto
Casa de huéspedes,
ubicada en la calle del Barquillo (Madrid), donde se ambientó el sainete de
Ramón de la Cruz al que hace referencia el título del cuadro y que se publicó
por primera vez en 1791. (Texto extractado de: Pintura del Siglo XIX en el
Museo del Prado: Catálogo General, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2015, pp.
208-209).
Nos tenemos que remontar a los siglos XVIII y XIX ya que,
durante ese periodo, estaba habitado por los llamados “chisperos”. Era un
populoso edificio que en el siglo XIX era una corrala en la que habitaban más
de 70 familias. En los bajos florecía el comercio y se contaban varias
herrerías.
En esta corrala en pleno barrio chispero de Madrid, habitada
por 70 familias entre habituales riñas y escándalos.
Se cuenta que surgió un litigio entre dos hermanos: Juan y
Roque, antiguos propietarios. La eterna y fraternal disputa por la herencia
que al estar mal redactada, no dejaba claro quién de los dos hermanos era
finalmente el afortunado, hizo popular el diálogo: «tócame a mí», contestándole
el otro, «no, tócame a mí». Los dramaturgos y saineteros que popularizaron el
conflicto cierran la leyenda con una gran trifulca entre los vecinos y el
ayuntamiento.
El primero en recoger el asunto fue el dramaturgo Don Ramón
de la Cruz, en un sainete publicado en 1791 y titulado: La Petra y la Juana, o
El Casero Prudente, o La Casa de Tócame Roque. También fue motivo para la
composición en 1877 de la obra de Ramón Ortega y Frías, llamada La Casa de
Tócame Roque, o Un Crimen Misterioso, obra que a su vez inspiró a Javier
Santero el libreto de la Casa de Tócame Roque (1900).
Su popularidad acuñó varias expresiones o dichos castizos del
tipo «ser como la casa de tócame Roque», en el sentido de ser un lugar, hogar o
familia bulliciosos y jaraneros, con frecuentes fiestas, voces, alborotos y
riñas.
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